Dios hizo muchas cosas maravillosas por los israelitas en su camino a la Tierra Prometida. Por ejemplo, dividió el agua del Mar (Rojo). Hizo tierra seca el mar para que pudieran escapar de los soldados egipcios que los perseguían. Durante el día, los protegió con una nube, y por la noche los guió con una luz de fuego. Partió rocas en el desierto para que pudieran beber abundantemente. Él envió maná del cielo cuando tenían hambre. Sin embargo, pecaron contra Dios debido a su falta de creencia en Él. Dios tuvo que realizar obras maravillosas antes de que los israelitas creyeran en Él (Lea Salmos 78: 12-20). Algunos de los israelitas nunca entraron en la tierra prometida. En cambio, murieron en el desierto. ¿Es posible que algunos cristianos profesantes en el mundo de hoy sean como los israelitas que vivían en el desierto?
Jesús dijo YO SOY EL PAN DE VIDA (Juan 6:48).
(El primero de los siete I AMs)
En Juan 6:35, Jesús dice: El queviene a mí no tendrá hambre, y el que cree (pone confianza o confía) en mí nunca tendrá sed. Jesús no es sólo el pan vivo en contraste con el pan perecedero; él es el pan vivificante, liberando a aquellos que lo reciben del poder de la muerte. El maná no pudo lograr eso para aquellos que lo comieron en el desierto.
En Juan 6:27, Jesús dice, no trabajespor el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, que el Hijo del Hombre te dará. ParaDios el Padre loha sellado (que significa “autenticación por Dios al sellar al Hijo de Dios como el Dador de la vida eterna”). La vida eterna que Jesús ofrece no es sólo una vida inmortal. Es “libertad de todos los males de este mundo presente y activo de adorar a Dios en comunión con Su Hijo su Salvador (Young’s Bible Dictionary). Esta vida espiritual es mantenida por Él y salvaguardada de la intimidación o amenaza de muerte.
Algunas religiones dicen que para recibir la vida eterna se deben hacer ciertas “obras”. Los fariseos creían que ciertas obras debían hacerse para estar bien con Dios. Todo lo que debemos hacer para convertirnos en cristianos es creer en Él. Todavía somos pecadores. Cuando el Espíritu Santo de Dios nos convence de pecado, tenemos que tomar una decisión. ¿Vamos a buscar Su perdón? Para disfrutar de los beneficios de la salvación en esta tierra debemos vivir en armonía con Él.
El Salmo 78 es un poema triste que nos dice que nuestros antepasados del Antiguo Testamento tenían una memoria corta. Fácilmente olvidaron las poderosas obras que Dios hizo en el desierto. Los israelitas que se negaron a entrar en la Tierra Prometida no creían en la promesa de Dios. Permanecieron en el desierto y murieron.
Aquí en la tierra, Jesucristo puede darnos una especie de paz y gozo interior que sobrepasa todo entendimiento humano. ¿Cuál es el requisito? Debemos darle el control total de nuestras vidas. ¿Quieres experimentar esa paz y gozo que Jesús puede darte o quieres “permanecer en el desierto y morir”?
SI MURIERAS ESTA NOCHE, ¿ESTÁS SEGURO DE QUE IRÍAS AL CIELO?
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